Así que una laptop que conservo desde principios de la década de los 2 mil, se sacrificó en bien del aprendizaje.
La laptop funciona correctamente todavía, así que el reto era desarmarla, limpiarla y volver a ensamblarla y que siguiera funcionando.
La labor tomó 3 horas bien invertidas en los procesos de aprendizajes y desarrollo de aptitudes... y siguió funcionando correctamente, aunque... sobraron tornillos.
Publicado por Profesor Arturo González-Ortega y Sierra
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